
Se ha popularizado en Argentina, sobre todo en los debates políticos, la frase “irse por las nubes de Úbeda”.
Pocos saben que clase de nubes son estas, pero la verdad sea dicha… no existen. A golpe de oído, pareciera una frase mitológica, pero en realidad es algo bastante más común y muy conocido en España, porque lo que sí existen son los cerros de Úbeda y la historia es la que sigue.
Resulta que el Rey Alfonso VIII quiso conquistar la ciudad de Úbeda, en la actual comunidad autónoma de Andalucía allá por el siglo XII. Para eso, le encomendó a uno de sus hombres, Alvar Fañez, apodado “El Mozo”, que vigilara el flanco sur. Sin embargo cuando comenzó el asedio, todo se complicó para el monarca. El rey no pudo lograr su cometido porque fue justamente por ese lado donde la ciudad recibió el mayor apoyo, frustrando el sitio.
Lo que había sucedido es que “el Mozo”, justo en el momento en que debía estar presente para apoyar a su rey, estaba en otros menesteres un poco más mundanos. En efecto, durante su marcha había conocido una joven y atractiva ubetense, seguramente de buena cintura y mejor trasero… y el hombre cayó ante sus encantos. Prefirió hacer el amor y no la guerra. Cuando el rey Alfonso, furioso por la derrota, le preguntó donde estaba, el hombre un poco avergonzado alcanzó a balbucear una justificación poco creíble aunque bastante mas honrosa que la realidad. Dijo: “perdón mi señor, pero andaba por los cerros de Úbeda…”.
La frase quedó como un juego lingüistico para expresar algo que se desvía de un asunto o de un propósito, por lo general de manera evasiva.


No se sabe muy bien porqué en Argentina hemos cambiado cerros por nubes, pero muy posiblemente debe haber sido porque algún español, en sus charlas de inmigrante haya pronunciado esta frase y la palabra “cerros” se haya interpretado como “cirrus”, esas nubes delgadas que siempre van acompañadas de vistosos copetes. Prácticos y sin mucha información, tal vez los criollos hemos cambiado los cirrus por nubes comunes y de allí quedó la costumbre, sin nada de investigación y repitiendo como loros.

6 ideas sobre “Las Nubes de Úbeda”
Que buen artículo! Siempre me pregunté que significaba. Gracias!
En éste artículo dice: «No se sabe muy bien porqué en Argentina hemos cambiado cerros por nubes». Mi opinión es que esto ocurrió cuando se celebró el debate entre el ministro de relaciones exterirores Dante Caputo y el senador Vicente Saadi el día 14 de noviembre de 1984. En ese debate el senador acusaba al ministro de evadir la contestación de una pregunta que le había formulado diciendo que «se iba por las nubes de Úbeda».
Creo que la inmensa mayoría de los argentinos que veíamos el debate por televisión no sabíamos nada acerca de nubes o cerro de Úbeda, a exepción de algunos profesores de historia, historiadores y profesores de literatura. Recuerdo que, siendo yo estudiante en aquella época, un profesor nos explicó en la clase lo que era ese asunto.
Me parece una curiosa coincidencia que lo que en España estuvo relacionado con un rey Alfonso en Argentina lo estuvo con el presidente Alfonsín.
Muy buena aclaración ,no recuerdo bien quien fue el politico que usó mucho esa frase en sus debates por televisión. Recuerdo que era un senador , muy simpático y regañón. Saludos.
En 1990 estuve en Sevilla y una Argentina comentaba esa frase que le dijo su abuelo «por las nubes de Ubeda y le dio muchas explicaciones, pero no creíbles, que las nubes eran muy bajas que envolvían Ubeda o que por el polen de los olivos formaban nubes! En fin así fue! Hasta ahora que visitó Ubeda y que recordé esa frase la busque en La Internet y veo esa cururiosa explicación! Muy interesante!
Lo mismo que la frase..ladran Sancho señal que cabalgamos…»; no corresponde literalmente a una frase del Quijote. Pero si aparece en los subtitulados de la película de Orson Wells » The Man of de Mancha «
El senador Leonides Saadi cometió un gazapo mayúsculo interpelando a Dante Caputo . Le dijo » no se vaya por las nubes de Úbeda , señor canciller » . De allí quedó establecido el error . Se trata de los cerros , no de las nubes de Úbeda.