Las Nubes de Úbeda

Estatua de Alfonso VIII en España
Estatua de Alfonso VIII en España

Se ha popularizado en Argentina, sobre todo en los debates políticos, la frase “irse por las nubes de Úbeda”.

Pocos saben que clase de nubes son estas, pero la verdad sea dicha… no existen.  A golpe de oído, pareciera una frase mitológica, pero en realidad es algo bastante más común y muy conocido en España, porque lo que sí existen son los cerros de Úbeda y la historia es la que sigue.

Resulta que el Rey Alfonso VIII quiso conquistar la ciudad de Úbeda, en la actual comunidad autónoma de Andalucía allá por el siglo XII.  Para eso, le encomendó a uno de sus hombres, Alvar Fañez, apodado “El Mozo”, que vigilara el flanco sur.  Sin embargo cuando comenzó el asedio, todo se complicó para el monarca.  El rey no pudo lograr su cometido porque fue justamente por ese lado donde la ciudad recibió el mayor apoyo, frustrando el sitio.

Lo que había sucedido es que “el Mozo”, justo en el momento en que debía estar presente para apoyar a su rey, estaba en otros menesteres un poco más mundanos. En efecto, durante su marcha había conocido una joven y atractiva ubetense, seguramente de buena cintura y mejor trasero… y el hombre cayó ante sus encantos. Prefirió hacer el amor y no la guerra. Cuando el rey Alfonso, furioso por la derrota, le preguntó donde estaba, el hombre un poco avergonzado alcanzó a balbucear una justificación poco creíble aunque bastante mas honrosa que la realidad. Dijo: “perdón mi señor, pero  andaba por los cerros de Úbeda…”.

La frase quedó como un juego lingüistico para expresar algo que se desvía de un asunto o de un propósito, por lo general de manera evasiva.

Catedral de übeda
Catedral de übeda
Cerros de Úbeda
Cerros de Úbeda

No se sabe muy bien porqué en Argentina hemos cambiado cerros por nubes, pero muy posiblemente debe haber sido porque algún español, en sus charlas de inmigrante haya pronunciado esta frase y la palabra “cerros”  se haya interpretado como “cirrus”, esas nubes delgadas que siempre van acompañadas de vistosos copetes. Prácticos y sin mucha información, tal vez los criollos hemos cambiado los cirrus por nubes comunes y de allí quedó la costumbre, sin nada de investigación y repitiendo como loros.

cirrus
cirrus

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