
De la misma manera que el hombre supera día a día sus marcas mundiales, también los animales sorprenden batiendo Récords de todo tipo.
Por ejemplo, hasta no hace mucho, los naturalistas aceptaban que el vencejo del noroeste asiático y Japón era el ave de vuelo más rápido ya que superaban los 150 kmts/hora.. Sin embargo se colocaron sofisticados aparatos de medición en las patas del halcón peregrino y se descubrió que puede alcanzar en pìcada más de 160 km/hora para cazar patos, por ejemplo.

A tal velocidad, muchas veces desprende la cabeza de sus víctimas al golpearlo con sus garras. En contraste el ave voladora más lenta es la coalla americana, ya que el macho nunca supera los 8 kmts/hora. Al anochecer da vueltas en círculo sobre su territorio boscoso y gorjea antes de bajar en zigzag. Al parecer, el vuelo lento y el descenso repentino, impresiona a la hembra que lo espera ansiosa en el suelo.
Por otro lado, aunque los buitres pueden permanecer sin aletear en las alturas, lo hacen por volar contra el viento y quedan casi inmóviles. Sólo los colibríes dominan el arte de la inmovilidad. Son las aves de más rápido batido con 78 aleteos por segundo, e incluso pueden volar hacia atrás, un prodigio de la naturaleza.

Los pequeños huesillos de los brazos, las articulaciones rígidas de las alas y las flexibles de los hombros, les permiten girar las alas en forma de ocho y lograr semejantes hazañas.
Los albatros, al volar a favor del viento, pueden planear durante días enteros, con apenas mover muy poco sus alas de cuatro metros de envergadura, las más largas de todas las aves vivientes.Algunas aves vuelan alto y otras rápido. Por ejemplo, se han detectado gansos sobre el Himalaya a más de 9.000 metros sobre el nivel del mar. Pero el récord lo posee el Buitre de Ruppell. Este animalito, en el año 1973 provocó un accidente increíble: Chocó de frente con un avión de pasajeros a 11.200 metros, volando sobre Africa occidental.
La naturaleza también nos presenta increíbles plusmarquistas.

