Nuestro planeta nos presenta fenómenos naturales que muchas veces no son conocidos por la gran mayoría de la gente.
Por ejemplo, en Venezuela se produce un singular espectáculo que llama al asombro y produce un gran impacto visual. Es el relámpago de Catatumbo, un extraño fenómeno meteorológico que aparece en la cuenca del lago Maracaibo y principalmente en la zona sur y central. Su nombre, algo extraño, proviene del rio Catatumbo.
Este singular efecto se caracteriza por la aparición de una serie de relámpagos de manera casi continua y silenciosa, que se produce en nubes de gran desarrollo vertical, formando arcos eléctricos entre los 2 y los 10 kilómetros de altura, a medida que los vientos alisios penetran en la superficie del lago en horas de la tarde.
El origen de este fenómeno está en el efecto orográfico de estas cordilleras que encierran y frenan a los vientos del noroeste produciendo nubes de gran desarrollo, concentradas especialmente en la cuenca de este rio. El extraño y maravilloso fenómeno es muy facil de ver desde cientos de kilómetros de distancia.
También se lo conoce como El Faro de Catatumbo, ya que las embarcaciones que surcaban la zona podían navegar durante la noche sin problemas en la época de la navegación a vela. Durante el año, el espectáculo supera las 280 noches y dura hasta 10 horas por día, incluso produciéndose hasta 60 descargas por minuto, con una potencia de hasta 400.000 amperios.
En el siglo XIX, el naturalista alemán Alexander Von Humboldt lo describió como “explosiones eléctricas que son como fulgores fosforescentes”, las cuales constituyen un regenerador de la capa de ozono, gracias a la liberación de partículas de oxígeno que al chocar producen este gas.
El Relámpago de Maracaibo es el principal generador de electricidad de origen natural y tormentoso del planeta, pues en 10 minutos genera la energía necesaria que podría encender todas las lámparas existentes en Sudamérica.
La espectacular lluvia de relámpagos del Catatumbo, es otro maravilloso fenómeno natural de este increíble planeta que habitamos.